EL MUNDO

15 octubre 2015

 

Los suplementos antioxidantes favorecen las metástasis

María Valerio

 

La relación entre los antioxidantes y el cáncer es quizás una de las más controvertidas en el campo de la Oncología. Mientras en personas sanas estos compuestos pueden tener ciertos beneficios para la salud -al prevenir la oxidación de las células-, en el caso de los pacientes con un tumor ya diagnosticado todo indica que los riesgos son mayores que los beneficios.

 

Un nuevo estudio que publica esta semana la revista Nature ahonda ahora en estos riesgos con un estudio que, de momento, se ha llevado a cabo únicamente en ratones a los que se les inocularon tumores de origen humano.

 

A la espera de ratificar sus observaciones en pacientes, un equipo liderado por el doctor Sean Morrison, de la Universidad de Texas Southwestern, acaba de demostrar que los suplementos de antioxidantes alimentan a las células tumorales hasta el punto de favorecer el desarrollo de las metástasis.

 

Cuando administraron antioxidantes a un grupo de ratones con células de melanoma en su organismo, los científicos descubrieron que el cáncer se propagaba más rápidamente en los animales que habían recibido suplementos.

 

Como explican los investigadores, todo indica que las células tumorales que se expanden de su localización original a otros órganos del cuerpo se benefician de los antioxidantes para este viaje (las llamadas metástasis). Las células metastásicas tienen un alto nivel de estrés oxidativo, por lo que la mayoría de ellas no logra sobrevivir a su paso por los vasos sanguíneos. "Administrar antioxidantes a los ratones permitió que más células malignas rompiesen esta barrera iniciando con éxito las metástasis", explican, lo que empeoró el pronóstico de los animales.

 

Esta idea sugiere que las células malignas se benefician de estos nutrientes más aún que las sanas, una afirmación que ha llevado en los últimos años a suspender algunos ensayos clínicos con pacientes oncológicos al observar que tomar estos complementos es más perjudicial que beneficioso para su enfermedad.

 

Según explican los propios Institutos Nacionales del Cáncer (NCI) de EE.UU., hasta la fecha se han realizado nueve grandes ensayos randomizados sobre el uso de complementos antioxidantes (no los que se ingieren de manera natural a través de la dieta, sino en forma de pastillas adicionales). Aunque tienen resultados contradictorios sobre el papel de sustancias como los betacarotenos, en algunos de ellos se ha observado un aumento de la incidencia de cáncer de pulmón o de próstata.

 

De hecho, en el caso de pacientes ya diagnosticados, este organismo sugiere que hasta que se conozcan mejor sus efectos "se usen con precaución" porque algunos estudios sí indican un peor pronóstico entre los usuarios de estos nutrientes.

 

Aunque el actual ensayo se ha llevado a cabo en ratones, los científicos sugieren que los pacientes con un tumor ya diagnosticado no deberían 'atiborrarse' a antioxidantes. De hecho, apuntan también la idea opuesta: "Estos resultados también abren la puerta a la posibilidad de que ciertas sustancias pro-oxidativas permitiesen prevenir las metástasis".